Hijo de Pastor ¿Lo peor?

nov 16, 2022

Uno de mis primeros recuerdos de la iglesia es estar sentado en una de las bancas de cedro adelante. Por alguna razón, a los hijos de predicadores y pastores nos sientan siempre adelante. Alguien en algún tiempo tuvo la brillante idea de hacer pensar a los demás que mientras más adelante se sienta uno en la iglesia más “santo” o más “cristiano” es.


En fin, mi recuerdo es estar en la banca y ver a una hermana que con su dedo apuntándome a la cara me decía: “¡Junior, te tienes que portar bien porque tu papá está predicando!”.


Hoy, 30 años después, aún no entiendo lo que la hermanita me estaba tratando de decir. ¿Qué?, ¿quiere decir que si mi papá NO estaba predicando entonces me podía portar mal? No quiero sonar poco brillante pero ¿qué tenía que ver el hecho que mi papá estaba predicando con que yo me portara bien? Acaso ¿no nos ebemos portar todos bien todo el tiempo no importando quién esté predicando? Ah, los grandes misterios de nuestro universo!


Yo creo que no hay mucho misterio. Creo que es obvio el problema serio que afrontamos como iglesia con aquellos que son hijos de “Líderes” o “Pastores”. Al mismo tiempo, no quiero poner el problema fuera de proporción. Hay muchos hijos de líderes cristianos que no hemos tenido la clase de problemas de rebeldía que generalmente se nos atribuyen. Hemos tenido problemas, si, pero no hemos llenado el perfil que generalmente (y muchas veces erróneamente) se le atribuye a los hijos de pastores.

Quiero ser claro aquí, yo se que yo no era el niño merecedor del diploma por mejor comportamiento. De niño yo no necesitaba oración, ¡creo que necesitaba liberación! Sólo pregúntenle a mis maestros de Escuela Dominical o a los compañeros de ministerio de mis papás. No me acuerdo muy bien, pero creo que cuando yo entraba los domingos por la mañana al edificio de Escuela Dominical, los maestros no decían: “ Huy, allí viene Junior”, creo que decían: “ Huy hay viene el gadareno”. ¡Y juzgando mis recuerdos ahora como persona mayor, tengo que acceder a que mis pobres maestros tenían razón!


Lo interesante es que ahora también puedo juzgar que mi comportamiento no era porque era hijo de un predicador sino era resultado de ser un niño hiperactivo. Sí, yo era hijo de pastor, pero también era hiperactivo. Y recuerdo que había en la iglesia otros niños hiperactivos y traviesos como yo, pero en ellos, ese comportamiento los hermanos lo veían como normal. En mí, lo miraban como resultado de ser hijo de pastor.Creo que esta es la raíz del problema; las expectativas que tenemos de los hijos de nuestros líderes. Los medimos con la misma vara con que medimos a nuestros líderes. Vemos a Pedrito, vemos a Susanita, y queremos ver a un pastorcito a una pastorcita. Estamos muy equivocados.


Si tan solo dejáramos en paz a los hijos de nuestros pastores y líderes. Si los dejáramos ser según su personalidad. Si los disciplináramos según su edad y no según la posición de sus

padres, ellos crecerían en un ambiente que ellos respetarían porque percibirían que la gente al rededor respeta su personalidad, su forma de ser y su espacio personal.


¿Cómo queremos que los hijos de nuestros líderes sean lumbreras si desde pequeños han crecido con la famosa frasecita: “Hijo de pastor lo peor” ?

Una vez, después de hacer una de mis famosas travesuras en la iglesia (le puse una rata blanca en la bolsa a mi maestra—ya me perdonó–) uno de los adultos me miró hacia abajo con mirada de dios griego y me dijo: “Bien dicen, hijo de pastor lo peor”.


En la noche, después de que en mi casa me habían disciplinado por mi hazaña, pregunte a mi mama que significaba esa frase, ella me dijo; “¿Quién te dijo eso hijito?” –“ El hermano Ramiro”—le contesté, no entendiendo la cara de curiosidad de mi mamá (ahora ya la entiendo!). “Ah”—me contestó—“el hermano Ramiro se confundió, lo el quiso decir fue ‘hijo de pastor lo mejor’!” Mi mamá siempre sembrando positivismo en mi corazón. “ Lo que hiciste estuvo mal”,–continuó diciéndome—“pero lo que el hermano Ramiro te dijo no fue por eso. Eres tan bueno y tan lindo –(quiero creer que aún lo soy!)—que eres lo mejor”.


¿Qué le estamos sembrando en el corazón a los hijos de nuestros líderes? ¿No creen que si sembramos en ellos que son lo mejor y que son especiales, crecerán comportándose como los mejores y los más especiales?


Quiero pedirles perdón por ponerme de ejemplo, pero humildemente les digo que es el mejor que pude encontrar! Basado en mi propia experiencia, quisiera compartir lo que yo creo que son las responsabilidades de la iglesia hacia los hijos de pastores y líderes. También quisiera compartir lo que aprendí de mis padres creciendo como hijo de líder. Y como “bonus track” le quiero compartir unos pensamientos a mis compañeros de batalla, los hijos de pastores.

Cosas que aprendí de la iglesia:

Mi papá es el pastor, no yo. En 1 Crónicas 29 vemos un ejemplo clásico de esto. El Rey David estaba dando sus últimas instrucciones para la construcción del templo y la continuidad del Reino.


El Capitulo abre con la instrucción firme a toda la congregacion ‘’Solo a mi hijo Salomón ha elegido Dios. El es joven e inmaduro . . .”. Wow! David no sólo le estaba hablando a “su” congregación, nos estaba hablando a todos nosotros. Los hijos de nuestros líderes han sido escogido por Dios para estar en La Obra con sus padres pero no son como sus padres, por un tiempo serán jóvenes e inmaduros. La iglesia adulta y madura tiene la responsabilidad de amarlos así y ayudar a su crecimiento espiritual para que su amor por la iglesia crezca y no disminuya como muchas veces lastimosamente es el caso.

Castíguenme porque me porto mal, no porque mi papá es pastor.

Yo no digo que hay que tolerar el mal comportamiento. Pero sí creo que debemos ser justos y disciplinar por las razones correctas. Los procedimientos disciplinarios que la iglesia tenga se deben aplicar. Pero no hay excusa de sacar la ya trillada bandera de que “tienes que dar el ejemplo”,–¿ejemplo de qué? o “No te da vergüenza, tu papá es el pastor”–¡No!, no me da vergüenza portarme mal, ni me da vergüenza que mi papá sea el pastor.

Prémienme por lo que soy, no por lo que mis papás son.

Muchas veces los hermanos de la iglesia cometen el error de darle privilegios a los hijos del pastor, no porque son competentes, sino para que el pastor se sienta bien que a sus hijos los toman en cuenta. Si los hijos del pastor son buenos para cantar hay que ponerlos a cantar, si no sirven para cantar, pónganlos de burritos en el drama de Jesús entrando a Jerusalén, pero no les den un privilegio que no les corresponde. Y cuando se lo den, asegurense de que sepan que es por sus méritos y no por los méritos de sus papás.

El líder de la congregación es mi papá, no yo.

Muchas veces, se le otorga a los hijos de pastores cierta aura de autoridad por el puesto que el papá o la mamá tiene. Eso es un grave error, especialmente si son adolescentes. Los hijos de líderes, tienen el derecho a hacer fila fuera del estacionamiento antes de un evento como el resto de la gente. Tienen derecho a sentarse hasta atrás si llegaron tarde. Tienen derecho a no poder estacionar su propio vehículo en un estacionamiento preferencial. Le damos el mensaje equivocado a los hijos de los líderes y al resto de la congregación cuando los hijos tiene privilegios desproporcionados. A menos que la congregación sea propiedad del pastor y de la pastora, la verdad es que no debería haber miembros de la iglesia con mejores ´´Beneficios´

COSAS QUE APRENDÍ DE MIS PAPÁS:

Nunca los oí hablar mal del Ministerio.

Mis papás nunca nos envenenaron con las quejas del ministerio. Y me imagino que las había. Nunca hablaron mal de “los hermanos” enfrente de nosotros. Me recuerdo una vez que mi papá tuvo que dejar el liderazgo de un ministerio por la ambición de alguien más que quería su puesto, mis papás nunca hablaron mal de la situación ni del hermano. Como mis papás nunca se quejaron del ministerio, yo crecí aprendiendo que era la vida más emocionante que había y naturalmente le pedí a Dios que me llamara a La Obra así como había llamado a mis padres

Nunca nos pidieron que nos portáramos como “hijos de pastores”

Muchas veces nuestros líderes les piden a sus hijos que dejen de hacer algo o se comporten de cierta forma por la posición de liderazgo que ellos tienen. Les tengo malas noticias, su hogar es más importante que su ministerio. Si se siente presionado porque sus hijos “den el ejemplo”, dé el ejemplo usted primero, dedíquese a sus hijos más que a su ministerio. Muchas de las cosas que yo hacía y mucho de mi comportamiento muchas veces tuvo que haber avergonzado a mis papás. Pero ellos pedían que yo cambiara, no porque ellos eran “líderes” sino porque yo tenía que honrar a Dios. Eso era lo importante para ellos; entonces yo crecí aprendiendo también que eso debía ser lo importante para mí.

En la Iglesia y en la casa, mis papás eran los mismos.

Con tristeza tengo que decir que al hacer consejería con muchos hijos de pastores, me doy cuenta del doble mensaje que reciben de parte de sus padres. En la iglesia mi papá era caballeroso con mi mamá, en la intimidad de nuestra casa también. Delante de los hermanos mi mamá era cariñosa conmigo—a pesar de mis maravillosas travesuras!—en la intimidad de nuestra casa también. En el púlpito mi papá predicaba con poder acerca de la oración y cuando yo me levantaba al baño a las 4:00 a.m. yo miraba a mi papá de rodillas orando—todos los días—. Mi mamá regañaba a las hermanas para que dejaran de ver telenovelas y leyeran su Biblia. En la casa, si mi mamá no estaba haciendo el oficio estaba leyendo su Biblia—siempre— En la Iglesia y en la casa, mis papás eran los mismos.

COSAS QUE APRENDÍ COMO HIJO DE PASTOR:

Dios tiene un lugar especial en Su corazón para los hijos de pastor.

Dios sabe que muchas veces yo tuve que “ compartir ” a mis papás con Su Obra. Las noches que tal vez me dormí y mi papá no había llegado porque el servicio se habia alargado, las noches que no pude ir al parque de diversiones como todos mis amiguitos porque nosotros íbamos a la iglesia. La vez que yo quería ir a ver a mi equipo preferido de fútbol pero ese día mi papá ya tenía compromiso para predicar. Todo esto Dios lo guarda en Su corazón de Padre y nos lo recompensa. Tal ves hemos llorado porque nuestro sistema de vida es diferente al de las familias de nuestros amigos. Dios sabe esto, por eso ha prometido que los que sembramos con lágrimas cosecharemos con regocijo. En mi caso, ¡¡cómo he cosechado de bien!!

Los hijos somos el regalo de Dios a nuestros padres.

En el Salmo 127 Salomón describe lo que él vio en su padre el Rey David. Obviamente, David le hizo sentir a Salomón que el como hijo era la bendición mas grande que tenía. “He aquí, heredad de Jehová son los hijos; recompensa es el fruto del vientre.”(vr. 3) Nosotros somos la herencia que Dios le ha dado a nuestros padres. Es privilegio de ellos tenernos, y es privilegio nuestros ser ese regalo para ellos. Tal vez no te gusta la idea de haber nacido en un hogar de pastores, pero eso no lo puedes cambiar porque Dios quiere que esa sea bendición para tus padres y para ti. Es un privilegio muy alto. No somos hijos de los ancianos de la iglesia, no somos hijos de la maestra de Escuela Dominical. Somos hijos de nuestros padres y somos el regalo de Dios para ellos, si eso no le gusta a la iglesia, el problema es de ellos.

Mi papá es el pastor todo me faltará...

A veces, dependiendo de la naturaleza del Ministerio, los hogares de pastores y líderes no tienen todas las comodidades que los hijos quisieran tener. Aún así, Dios nunca los abandona y siempre les da lo necesario. Afortunadamente, muchos ministerios cuidan bien de sus líderes y sus familias. Tal ves como hijo de pastor o líder te has sentido limitado en lo que tienes y en lo que puedes tener. Tenemos que recordar que fuimos llamados como familia a servir a Dios por fe, no por dinero. Y al final del camino te daras cuenta que vale mucho más la pena vivir p

pero sé que tuviste lo que necesitabas. Cada ves que deseaste algo y no lo podías tener a causa del llamado de tus padres, Dios te lo va a dar a lo largo de tu vida. Tus hijos van a cosechar lo que tu sembraste.


No digas que creciste en pobreza, porque ese es un término de nuestra sociedad consumista y materialista. Pobre no es el que no tiene, pobre es el que no cree. Los hijos de pastores tal vez no heredamos terrenos, ni fortunas, ni reinos, heredamos algo más valioso. Heredamos algo que otros, por mucho que amen a Dios, no pueden heredar si no están en La Obra. Se nos deja un legado espiritual, el hecho que nuestros padres no sirvieron en la industria, no sirvieron en el gobierno o en los negocios, sirvieron con sus vidas y sus hijos al Dios Altísimo creador del universo. “. . .pero yo y mi casa serviremos a Jehová” , es más que un versículo bonito en Josué 24 para colgar en la cocina. Es la declaración de Josué a la congregación y a sus propios hijos que lo más importante que él le dejaba a su familia no eran los terrenos, las pertenencias o cualquier otra cosa material, la herencia que él dejaba era que él y su familia habían servido y servirían a Jehová.


“Hijo de pastor . . . ¿lo peor?”, no creo. Seremos, en buena medida, lo que la iglesia espera que seamos. Iglesia, instruye al hijo de pastor en su camino y cuando sea grande no se apartará de el.


22 mar, 2023
Hubo un momento en la nación de Israel, cuando la generación de sus grandes líderes fundadores había pasado a la historia.
22 mar, 2023
Era el 2 de noviembre del 2017 cuando todo comenzó. Tenía poco de haber cumplido 18 años.
22 mar, 2023
¿Por qué los hijos de pastores necesitan oración?  ¿Qué los hace tan especiales? En realidad, nada.
28 nov, 2022
TEUS PAIS SÃO PASTORES?
28 nov, 2022
Uma de minhas primeiras lembranças da igreja é estar sentado num dos bancos de cedro na frente. Por alguma razão, os filhos de pregadores e pastores sempre se sentam na frente. Alguém já teve a brilhante ideia de fazer os outros pensarem que quanto mais na frente se senta na igreja, mais "santo" ou mais "cristão" é? Enfim, minha memória é estar naquele banco e ver uma irmã apontando seu dedo para o meu rosto e dizer: "Junior, você tem que se comportar bem porque seu pai está pregando!" Hoje, 30 anos mais tarde, ainda não entendo o que a irmãzinha estava tentando me dizer. O qué? Quer dizer que se meu pai NÃO estivesse pregando então eu poderia me comportar mal? Não quero soar pouco esperto, mas o que tinha a ver o fato de meu pai estar pregando com o fato de eu me comportar bem? Por acaso não deveríamos todos nos comportar bem, sem importar quem esteja pregando? Ah, os grandes mistérios do nosso universo! Acho que não há muito mistério. Acredito que é obvio o sério problema que enfrentam como igreja aqueles que são filhos de "lideres" ou "pastores". Ao mesmo tempo, não quero colocar o problema fora de proporção. Há muitos filhos de líderes cristãos que não tiveram os tipos de problemas de rebelião que geralmente nos são atribuídos. Tivemos problemas, sim, mas não preenchemos o perfil que geralmente (e muitas vezes erroneamente) é atribuído aos filhos de pastores. Quero ser claro aqui, sei que não fui uma criança merecedora do diploma ao melhor comportamento. Quando criança eu não precisava de oração, acho que precisava de libertação! Basta perguntar aos meus professores de Escola Dominical ou aos colegas de ministério de meus pais. Não me lembro muito bem, mas acho que quando eu entrava no prédio da Escola Dominical nas manhãs de domingo, os professores não diziam: "Uau, lá vem Júnior", acho que diziam: "Uau, lá vem o gadareno" E julgando minhas memórias agora como uma pessoa mais velha, tenho que concordar que meus pobres professores estavam certos!
28 nov, 2022
Pastores, sua posição é demandante, e essas demandas trazem lutas particulares à sua família. A esposa de um pastor leva uma grande carga, mas em geral ela entra no ministério de forma voluntária. Os filhos do pastor, porém, são arrastados pela corrente da vocação de seus pais. Frequentemente é uma vida de necessidades e lutas sem igual. Estas lutas muitas vezes decorrem dos fracassos do pai. Isso não é para pôr toda a culpa nos pastores dos problemas de seus filhos. Mas é para dizer aos pastores que têm que trabalhar para ser bons pais. Meu próprio pai tem trabalhado muito nessa área. Ele tinha seus pontos cegos e fracos que tem sido uma fonte de tensão entre mim e ele. Mas hoje em dia, em seus 33 anos de ministério pastoral, nunca tem deixado de ser um pai melhor. Enquanto escrevia isso, pensava em seus fracassos, mas também pensava em seus sucessos. Muitos por sinal. Também pensei nas dúzias de conversas que temos tido com colegas, filhos de pastores, sobre essas lutas e suas relações com seus pais. Assim que meu relato não é produto da amargura de coração ou algum desejo de expor os defeitos de um bom homem. Eu amo meu pai. Meu desejo é ajudar a evitar certas lutas e derrotas de outros pastores e seus filhos. Então, aqui estão os sete aspectos importantes que um pastor pode considerar para ser um bom pai para seus filhos. Pastores, seu filho precisa...
28 nov, 2022
Katy Perry. Rick Warren. Anne Graham Lotz. Franklin Graham. Jonas Brothers. Frank Schaefer. Jessica Simpson. Todos esses nomes, por mais díspares que pareçam, têm algo em comum: todos são filhos de pastores.Katy Quando se trata de filhos de pastores, os estereótipos abundam. Primeiro, é o menino modelo, vivendo de acordo com o livro de regras e segue os passos do pai ministro. Em muitas igrejas, isso é uma expectativa e um estereótipo. No entanto, talvez o estereótipo dominante de filho de pastor seja o filho pródigo: o filho rebelde que caiu da fé, o reincidente que prefere seguir seu próprio caminho a viver à sombra da torre do sino. A suposição subjacente desse estereótipo, no entanto, é que os cristãos acreditam que aqueles que crescem na igreja são 'mais rápidos a deixá-la. E como acontece com qualquer estereótipo, vale a pena dar uma olhada para ver se alguma dessas percepções é realmente verdadeira. Afinal, os citados acima escolheram diferentes caminhos. Alguns assumiram voluntariamente o ministério como seu próprio chamado, enquanto outros se desligaram completamente da fé cristã, e ainda outros passaram por um período de rebelião apenas para voltar com um renovado senso de propósito espiritual. tendência tão grande como muitas vezes é percebida? O último estudo de Barna colocou essas questões a prova, com resultados surpreendentes.
28 nov, 2022
ARE YOUR PARENTS PASTORS?
28 nov, 2022
One of my earliest memories of the church is sitting on one of the cedar pews right at the front of the sanctuary. For some reason, pastors’ kids and preacher’s kids are always to be seated in front. Someone at some point had the brilliant idea of making others think that the further in the front one sit in the church, the more “holy” or “Christian” they are. In short, my memory is sitting on the bench and looking at a sister in Christ who, with her finger pointing at my face, told me: "Junior, you have to behave well because your dad is preaching!" Today, 30 years later, I still don't understand what the woman was trying to tell me. What, you mean if my dad was NOT preaching then I could misbehave? I don't want to sound tacky, but what did the fact that my dad was preaching have to do with me being good? Shouldn't we all be good all the time no matter who is preaching? Ah, the great mysteries of our universe! I don’t think there’s much mystery on this topic. I think it is obvious that as a church we face serious problems with those who are the children of “Leaders” or “Pastors”. In the same line of thought, I don’t want to blow this problem out of proportion. There are many of us, who had not rebelled and did not have the kind of problems that are generally associated with us. We have had problems, yes, but not that they necessarily fit the profile or reputation generally (and many times wrongly) attributed to the Pastors’ Kids.
28 nov, 2022
Pastors, your position is demanding, and those demands bring particular struggles to your family. A Pastor's wife carries a heavy load, but she usually enters the ministry voluntarily. The children of a Pastor, however, are swept away by the current of their parents' vocation. It is often a life of unparalleled needs and struggles. These struggles often stem from the father's failures. This is not to place all the blame on Pastors for their children's problems. However, it is to tell the Pastors that they must work on being good parents. My own father has worked on this a lot. He has his blind spots and weaknesses that could be a source of tension between him and me. But to this day, in his 33 years of pastoral ministry, he has never stopped trying to be a better father. As I was writing this I was thinking about his failures, yes, but I was also thinking about his successes. Many by the way. I also thought about dozens of conversations I've had with fellow Pastors' Kids about such struggles and their relationships with their parents. So, my writing is not the product of bitterness of heart nor some desire to expose the faults of a good man. I love my dad. My desire is to help avoid certain struggles and defeats of other Pastors and their children. So, here are seven important aspects that a Pastor can consider in order to be a good father to his children. Pastors, your child needs...
Más entradas
Share by: